Este año, Jaeger-LeCoultre nos presenta dos nuevos diseños femeninos que dejan claro su dominio en las esferas de la alta joyería y la alta relojería. Esta última, protagonizada por el legendario calibre 101, introducido en 1929 y especialmente desarrollado para los relojes joya de la época.
Dicha introducción revolucionó la relojería femenina de aquel entonces, presentando un calibre minúsculo de forma baguette que otorgaba una libertad estética sin precedentes. La labor de miniaturización en él es admirable, pues logró lo que hoy en día sólo puede imaginarse con la ayuda de la tecnología de producción y los diseños por computadora ¿El resultado? Un calibre de 14 mm de largo, menos de 5 mm de ancho, un peso menor a un gramo y 33 horas de reserva de marcha.
Además de ser uno de los movimientos más antiguos que continúan en producción, el calibre 101 ha formado parte de incontables relojes joya de Jaeger-LeCoultre y otras firmas, además de formar parte de la colección de personalidades como la reina Isabel II de Inglaterra. La pieza, un regalo del presidente de Francia, fue la elección de la soberana para su ceremonia de coronación en 1953.
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Sus dos nuevas creaciones, realizadas en oro rosa con engaste de diamantes, llevan por nombre Snowdrop y Bangle. La primera de ellas está inspirada en las flores blancas con forma de campaña que crecen a pesar de la nieve en el Valle de Joux, hogar de la manufactura. Sus 904 diamantes, en corte de pera y brillante (20.9 quilates), se integran mediante un engaste de garra, el cual permite que la luz atraviese las piedras desde todos los ángulos.
Por su parte, el modelo Bangle se inspira en la geometría del Art Decó y las formas del Modernismo del siglo XX. Se compone de 996 diamantes (19.7 quilates), colocados con engaste de garras y de granos para un efecto tridimensional y luminosidad aumentadas. El toque final está dado por una esfera plateada opalina en ambos modelos.