Este año, Jaeger-LeCoultre celebra el 90 aniversario del icónico modelo Reverso y, durante esta edición de Watches & Wonders, no cesa de recordarnos por qué este reloj de estilo Art Decó se convirtió en un verdadero clásico del diseño del siglo XX. Su nueva iteración, el Reverso Tribute Nonantième, es además la continuación de una expresión particular de las complicaciones relojeras, que comenzó en 1991 con el Reverso Soixantième.
A este modelo le sucedieron los Reverso Tourbillon en 1993, el Répétition Minutes en 1994, y los Chronographe Rétrograde, Géographique y, coincidiendo con la llegada del nuevo milenio, el Reverso Quantième Perpétuel. Después de esto, Jaeger-LeCoultre sacudió a la industria con el modelo Septantième, que incorporaba el calibre 879 con reserva de marcha de 8 días, algo excepcional para la época.
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Ahora, el turno de sorprendernos es del Reverso Tribute Nonantième, con sus indicación de fases lunares, pequeño segundero y fecha en uno de sus rostros. Al dar vuelta a esta cara con esfera plateada, encontramos la hora semisaltante digital -una primicia en los modelos Reverso-, además de un disco giratorio de los minutos parcialmente oculto por una placa de tres cuartos lacada en azul. Además, presume pequeñas estrellas y un sol y luna aplicados que sirven para indicar el día o la noche.
Todo lo anterior es posible gracias a un nuevo calibre manufactura Jaeger-LeCoultre, especialmente creado para este modelo. De carga manual, 230 componentes y reserva de marcha de 42 horas, este movimiento está resguardado por una caja de oro rosa, hermética hasta 30 metros de profundidad. Se trata de una edición limitada de 190 piezas.
