Como parte de su participación en la exhibición Geneva Watch Days -de la que es miembro fundador- y en ocasión de su 230 aniversario, Girard-Perregaux presenta una nueva iteración de su emblemático modelo Tourbillon con tres puentes. Esta creación, nacida en 1867, revolucionó la estética relojera, dando protagonismo a tres piezas funcionales del mecanismo normalmente ocultas a la vista.
En su edición 2021, el modelo conserva su composición tridimensional e introduce un revestimiento de PVD negro en las superficies superior e inferior de los puentes de oro rosa. Esto, de acuerdo con la marca, constituye la antítesis misma de la ostentación y se erigen como un “lujo extremadamente discreto”.
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El tourbillon, el otro elemento protagónico de la pieza, se ubica en la base de la esfera y su jaula presenta forma de lira, un diseño histórico que data del siglo XIX, aunado a un material ultramoderno para su construcción: el titanio grado 5. Dentro de ésta, una aguja azul gira 360º cada minuto, desempeñándose como un pequeño segundero.
La pieza se presenta en una caja de oro rosa de 44 milímetros de diámetro, acoplada con un calibre de manufactura propia, de cuerda automática y reserva de marcha de 60 horas. Es hermético hasta 30 metros de profundidad y se complementa con una correa de piel de aligátor negra con efecto caucho.
Patrick Pruniaux, CEO de Girard-Perregaux, sobre el nuevo Tourbillon con tres puentes:
“Queríamos crear un reloj que tendiera un puente con nuestro pasado, pero que también mostrara nuestra visión del futuro, que aprovechara el talento de nuestros artesanos y relojeros y combinara los métodos tradicionales con las técnicas más innovadoras. El Tourbillon con tres puentes volantes adopta una arquitectura tridimensional, lo que permite al usuario contemplar muchas piezas que normalmente están ocultas. Aunque Girard-Perregaux lleva iluminando lo invisible desde su misma creación -algo que espero sigamos haciendo durante los próximos 230 años-, en esta ocasión nuestro equipo ha optado por algo ligeramente diferente, pues ha fabricado los puentes en oro y, más tarde, los ha revestido de PVD negro, excepto en sus laterales. Me parece maravillosamente tentador, algo propio del lujo, que ese detalle sea secreto para la mayoría de la gente y que sólo los entendidos sepan de su existencia.”
