Aunque en la colección masculina esta complicación se estrenó hace dos años, Longines presentó la elegante indicación en los modelos femeninos después de haber superado un reto: introducir dicha complicación en una caja de dimensiones reducidas (34 milímetros), especialmente creada para su clientela femenina.
Así, las fases de la Luna se suman a un abanico de posibilidades mecánicas que van desde las tres agujas, las horas, minutos y segundos con fechador, el cronógrafo, reserva de marcha y calendario anual y retrógrado.
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Con el nuevo diámetro, se incluye una selección de colores para las correas (rojo, azul o topo), además de una opción de pulsera de acero inoxidable totalmente ergonómica. Todas ellas se mezclan armoniosamente con la esfera de nácar, con índices de diamantes y la apertura para las fases lunares a la hora seis.
Todos los modelos, están acoplados con el calibre automático L.899.5, que puede contemplarse en el fondo de cristal de zafiro de la caja. Además, este movimiento está equipado con una espiral de silicio, entre cuyas propiedades se encuentra la resistencia al magnetismo, las variaciones térmicas y la oxidación. Por ello, Longines ofrece una garantía de 5 años para estos nuevos relojes.