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Sometimos a prueba al Oris Big Crown ProPilot Altimeter durante un vuelo sobre los Alpes. Estos son los resultados.

Por Jens Koch

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Fotografía de Nik Schölzel y Watch Insider
Es el final del invierno y el suelo todavía está congelado cuando llegamos al aeropuerto de Günzburg, en Alemania. Nos encontramos aquí para llevar al Oris Big Crown ProPilot Altimeter, nuestro reloj de prueba, a un vuelo por los cielos en un Cessna 182 con capacidad para cuatro personas. Es un alivio que la pista cubierta de pasto se encuentre lo suficientemente firme como para permitir que alcancemos la velocidad necesaria para el despegue. El reloj Oris es el primer reloj automático del mundo con un altímetro mecánico y queremos ver cómo se desempeña en las alturas.

Ajustes iniciales

Antes de preparar nuestro avión para el despegue, activamos el altímetro del reloj para que indique la altitud correcta en su carátula. Para ello, primero desenroscamos la gran corona que se encuentra a la altura de las 4 en punto, y así permitimos que el aire entre al interior del barómetro. El altímetro del reloj funciona barométricamente y la presión también depende de las condiciones climáticas, por lo que es necesario jalar la corona y fijar la presión atmosférica actual en hectopascales (0.001 bar), a la altura del triángulo rojo que se encuentra a las 6 en punto. Al desenroscar la corona, aparece un anillo rojo que nos recuerda que el reloj perderá la resistencia al agua –su hermeticidad es de hasta 100 metros de profundidad– mientras el altímetro continúe activado. La corona también puede extraerse hasta una segunda posición para calibrar el altímetro.

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Ajustamos el indicador en la carátula a la altitud existente al comienzo de nuestro vuelo, 1,460 pies. El indicador amarillo muestra la altitud, mientras que el triángulo rojo muestra la presión de aire correspondiente. Acto seguido, regresamos la corona a su posición cerrada. Estamos listos para el despegue.

Hemos elegido el modelo que cuenta con escalas de altitud indicadas en pies por ser la unidad de medida utilizada en la aviación. Esto facilita comparar la lectura del Oris con la que ofrece el altímetro de la cabina. Oris también ofrece una versión de este reloj con las escalas de altitud indicadas en metros, aunque esa versión es más adecuada para alpinistas o esquiadores. El Oris Big Crown ProPilot Altimeter fue lanzado al mercado en 2014, más de 75 años después de que Oris creara su primer reloj para pilotos.

Encendemos el motor del avión y nos dirigimos a nuestra posición de despegue. Durante la verificación previa al vuelo comprobamos que el altímetro del avión corresponde a la lectura del altímetro en el Oris. Luego, aceleramos a toda velocidad por la pista de pasto. Tenemos suerte de que sea un día despejado. Después de despegar podemos ver los Alpes a la distancia.

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En vuelo

Subimos a 5,000 pies de altura. El altímetro del Oris tarda un poco más en ajustarse al cambio de altitud que el altímetro de la cabina. Esto se debe principalmente al hecho de que la cápsula aneroide en el altímetro del reloj es considerablemente más pequeña que la de la cabina del piloto. Sin embargo, los dos altímetros funcionan con base en el mismo principio: una cápsula sellada de metal delgado que se comprime a causa de la presión del aire, a la vez que una palanca transfiere los cambios a una aguja indicadora.

El desarrollo de la tecnología utilizada en el altímetro del reloj comenzó en Thommen, una compañía especializada en instrumentos de aviación que se encuentra en Waldenburg, Suiza, a pocas millas de la sede de Oris en Holstein. La cápsula aneroide se puede observar al abrir la tapa posterior del reloj. Es posible extraer el altímetro completo quitando los tres tornillos que lo sujetan. El movimiento automático se encuentra por debajo del altímetro, suspendido en un anillo con cuatro radios, uno de los cuales es más grueso porque contiene a la tija. El diseño patentado indica la altitud en el borde exterior de la carátula.

Oris utiliza otro diseño patentado para proteger el movimiento del reloj de la humedad cuando la corona se desenrosca para activar el altímetro: una membrana hecha de PTFE, similar a GoreTex, insertada sobre la abertura de la corona, permite que el aire, y no la humedad, entre al reloj de la misma forma que ocurre con una chamarra con ventilación. Cuando la corona se vuelve a atornillar, el reloj vuelve a ser resistente al agua hasta 100 metros de profundidad.

La aguja del altímetro del reloj cuenta también con un diseño patentado. Ha sido construida con un material compuesto de fibra de carbono que, además de permitir que la manecilla sea extremadamente ligera y fácil de mover, también la hace resistente a los golpes.

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Mediciones del altímetro

A 5,000 pies de altura, el altímetro de la cabina debe ser calibrado a la presión de referencia de 1,013 hectopascales, la presión promedio a nivel del mar. Esto se lleva a cabo por razones de seguridad para que todos los aviones utilicen el mismo sistema de medición de altitud con el fin de evitar colisiones en el aire. Sin esta calibración, dos aviones que despegan desde lugares con diferentes presiones de aire podrían indicar diferentes lecturas en sus respectivos altímetros aunque en realidad estén volando a la misma altitud.

Por encima de 5,000 pies de altura, los pilotos ya no hablan de altitud sino de nivel de vuelo. Una vez realizada la calibración de la presión de referencia, a un vuelo a 5,000 pies de altura se le conoce como nivel de vuelo 50. El transpondedor integrado en el avión puede entonces comunicar una altura que es comparable a la de otros aviones, ya sea para que puedan volar alrededor de otros aviones o para comunicar información que permite a los controladores de tránsito aéreo mantener la distancia entre los aviones.

También es necesario calibrar el altímetro de nuestro reloj. Para ello, alineamos el triángulo rojo del indicador de baja presión –claramente marcado “FL” o nivel de vuelo– con el triángulo rojo a las 6 en punto. Este diseño permite que la calibración durante el vuelo pueda llevarse a cabo con facilidad, a pesar de las vibraciones, la turbulencia y del pequeño tamaño del medidor.

Ahora podemos ver los Alpes directamente frente a nosotros. Nos elevamos al nivel de vuelo de 105, o 10,500 pies. La radiante luz del sol nos ofrece una vista espectacular de los picos nevados que parecen lo suficientemente cerca como para tocarlos.

A pesar de la gran altitud que hemos alcanzado, el altímetro del reloj muestra el mismo valor que el altímetro de la cabina. Sin embargo, los indicadores en el reloj limitan la precisión de lectura del altímetro a 100 pies. En cambio, el altímetro en la cabina cuenta con dos agujas indicadoras –como un reloj con una manecilla para la hora y otra para los minutos– con el fin de proporcionar una lectura precisa dentro de un rango de 20 pies. Esta diferencia en precisión es lo que impide que el altímetro del reloj pueda sustituir al altímetro de la cabina. De cualquier forma, en la práctica es extremadamente raro que un altímetro deje de funcionar correctamente. Los aviones que han sido certificados para vuelo por instrumentos siempre deben tener un segundo altímetro a bordo.

El reloj es capaz de medir un rango de altitud bastante amplio. Una rotación del indicador alrededor de la carátula indica una altitud de 10,000 al final de la escala marcada en blanco. La sección en color amarillo de la escala representa una gama adicional que se extiende hasta 15,000 pies. La mayoría de los aviones de hélices no pueden volar mucho más alto que eso sin una cabina presurizada.

 

De vuelta a tierra

Es el momento de dar la vuelta para tomar la ruta de regreso al aeropuerto. Los controles de la cabina suelen estar dispuestos en un espacio que puede parecer muy reducido, sobre todo durante el vuelo visual, cuando uno tiene que llevar atado a la pierna un portapapeles con un mapa y otra información relacionada con el vuelo. Por esa razón, fue magnífico ver que, a pesar de su gran tamaño y diámetro de 47 milímetros, el Oris no se siente aparatoso al llevarlo puesto. De hecho, es bastante cómodo. Incluso, su impresionante grosor de 17.5 milímetros no se ve desproporcionadamente grande en una muñeca delgada.

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La correa de tela es gruesa pero flexible y tiene un forro de cuero para mayor comodidad durante el uso. La hebilla cuenta con un mecanismo de ajuste para adaptarse a cualquier muñeca de forma rápida y sencilla, y sin ser dañada.

La correa fue diseñada para parecerse a un cinturón de seguridad de avión. La hebilla incluso funciona de forma semejante a un cinturón de seguridad e inclusive tiene la instrucción “LIFT” [levantar] grabada en la hebilla. Y, a pesar de su complicado diseño, la hebilla no es aparatosa.

Seguimos volando sobre el paisaje ondulante, cubierto de nieve y salpicado de lagos. Faltan solamente unos cuantos minutos más para llegar a la pista de aterrizaje –tiempo suficiente para examinar de cerca al reloj.

El reloj Big Crown ProPilot Altimeter refleja el ADN de un reloj de aviador no sólo en su nombre, sino también a través de su diseño. La caja y la carátula, así como la correa y la hebilla, claramente pertenecen a un reloj de aviador. Un acabado cepillado cubre toda la caja de acero inoxidable, el bisel ha sido decorado con un patrón tipo moneda y la abreviatura “ALT SET” (para el ajuste del altímetro) ha sido grabada y resaltada en color rojo en la corona del altímetro. Ambas coronas de rosca se toman y operan con facilidad. Un mecanismo hacking y un ajuste rápido de fecha facilitan el ajuste preciso de la hora y la fecha. El acabado en su totalidad es excepcional y sin defectos visibles. El diseño de la carátula de color negro mate y las manecillas luminosas combinan con los instrumentos de la cabina y permiten que la lectura del tiempo sea extremadamente fácil.

El Oris es alimentado por el calibre automático Sellita SW200, equivalente al ETA 2824. El Sellita ofrece un motor igualmente robusto y fiable para el reloj.

Nuestra prueba de uso diario en la muñeca arrojó un adelanto de tan solo 2 segundos por día. Resultados similares se obtuvieron mediante pruebas con un cronocomparador: un adelanto de 3.8 segundos por día. Con valores que oscilaron entre 0 y 7 segundos, los errores de ritmo no mostraron gran desviación. La amplitud fue estable y cayó sólo ligeramente cuando se realizó el cambio de la posición horizontal a la vertical.

Es hora de comenzar el descenso. Aquí, el reloj requiere un poco más de tiempo para adaptarse a la nueva altitud y la lectura a 500 pies se rezaga en comparación con el instrumento de cabina. Sin embargo, muestra los valores correctos tan solo unos segundos después de que el avión se ha nivelado. Este ligero retraso en el tiempo de respuesta lo hace inadecuado para su uso en el paracaidismo.

Volar es un pasatiempo costoso y, sin embargo, el precio del Oris es bastante modesto en comparación: 59,000 pesos por un reloj con un sofisticado altímetro es un precio casi escandalosamente bajo. El reloj base de la colección Oris de relojes para aviador, el Big Crown ProPilot Date de 45 milímetros, también es un modelo muy asequible, dado que nada más cuesta 26,000 pesos. Agregar un altímetro –y 6 milímetros de diámetro adicionales– solamente cuesta 33,000 pesos más. El resultado es un reloj de aviador único, ya que ninguna otra marca en el mercado ofrece la combinación de un altímetro mecánico con un movimiento automático.

Nos acercamos al aeropuerto y anunciamos nuestra presencia a través de la radio. La torre de control nos advierte que hay una bandada de pájaros en la pista. ¡Ya veremos en un minuto de quién es la pista! Los cuervos escapan volando y aterrizamos sin problemas en el mismo lugar de nuestro despegue. Nos queda el recuerdo de un gran vuelo y de un reloj para piloto bien diseñado, con una complicación para los aviadores.

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