En sus tres versiones, de oro blanco con bisel de diamantes, de acabado Frosted Gold y de oro con bisel “arcoíris” de zafiros, el nuevo Royal Oak se distingue sobre todo por un elaborado trabajo de esqueletizado. Además, su doble volante dorado, que mejora sustancialmente la precisión del reloj, puede admirarse desde ambos lados de la caja, al mismo tiempo que se refleja en los índices aplicados de las horas y las agujas luminiscentes.
La versión Frosted Gold se refiere al acabado micro martillado que Audemars Piguet ha dado al oro blanco de 18 quilates que viste la caja y el brazalete, mientras que la referencia de oro blanco con bisel engastado -del mismo quilataje- presume un total de 32 diamantes talla baguette (2.85 quilates).
La más disruptiva de esta triada, la iteración multicolor, combina el acabado Frosted Gold en la caja y brazalete, sumando un bisel engastado con 32 zafiros talla baguette (2.24 quilates) tallados individualmente.
Los tres modelos se han lanzado en cajas de 41 milímetros de diámetro, hermética hasta 50 metros de profundidad. Integran el calibre 3132 Manufactura Audemars Piguet de carga automática, con funciones de horas, minutos y segundero central, y reserva de marcha de 45 horas.