Los relojes Montblanc 1858, inspirados en los cronógrafos militares Minerva de las décadas de 1920 y 1930, se reinventan en este 2020. Cuatro piezas integran esta nueva colección cápsula, caracterizada por su tonalidad azul que evoca los glaciares y el color blanco del hielo. Uno de los modelos más destacados y emblema de dicha familia de guardatiempos es el Montblanc 1858 Geosphere.
En esta ocasión, el 1858 Geosphere se presenta en una caja de 42 mm fabricada con titanio grado 5. Además, está dedicado al reto alpinista de las siete cumbres del mundo, la «lista Messner», que se basa en conquistar las montañas más altas de cada continente, un desafío que hasta ahora solo 500 personas lo han conseguido. En la parte posterior, exhibe un grabado alusivo.
Cabe mencionar que además de poseer los códigos estéticos de la colección 1858, representa las siete cumbres y el Mont Blanc con puntos azules en los hemisferios giratorios abombados, los cuales, en conjunción con las escalas fijas, proporcionan la lectura de diferentes zonas horarias.
Su esfera azul ahumada dispone de una gran legibilidad gracias al SuperLuminova aplicado a mano en el indicador de día/noche, en las manecillas tipo «catedral» para horas y minutos, en los índices blancos, en las indicaciones de la brújula y finalmente en los hemisferios. Estas funciones se completan con un discreto fechador situado a las 3 horas.
En su interior, el Montblanc 1858 Geosphere contiene al Calibre MB 29.22, un movimiento automático con 42 horas de reserva de marcha. Este mecanismo dispone de complicación de hora mundial.
La nueva creación se ofrece con una correa de piel de becerro Sfumato, en tonalidad azul y con costuras blancas; también se puede combinar con un brazalete vintage realizado con titanio mate con acabados pulidos y satinados. Además, hay la posibilidad de utilizar esta pieza con correas nato elaboradas a mano, disponibles en las boutiques y en la tienda en línea de la firma.
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