Una de las características de Omega es su incesante búsqueda de la innovación, así lo constata su última creación, el Seamaster Diver 300M Chronograph, una pieza que además de acrecentar la exitosa colección de relojes de buceo de la firma, destaca por combinar tres materiales: el oro Sedna de 18 quilates, el titanio grado 2 y el tantalio, este último se trata de un metal gris azulado y brillante, más raro que el oro y más duro que el acero, la Manufactura lo utilizó por primera vez en el año de 1993 .
El Seamaster Diver 300M Chronograph cuenta con una caja de 44 mm hermética hasta los 300 metros, está constituida por los tres materiales mencionados; el tantalio, por su parte, se encuentra en la base del bisel y también en los eslabones centrales del brazalete, mientras que el oro Sedna de 18 quilates está presente en el anillo del bisel, el cual ofrece una escala de inmersión ablacionada con láser.
Cabe señalar que el costado de la caja exhibe una placa grabada y de oro Sedna de 18 quilates, donde se muestra el número único del reloj. En la parte posterior se presume el grabado de un caballo de mar, en esta ocasión lacado en blanco y sobre un cristal de zafiro que resguarda al fondo abierto, donde se puede apreciar al mecanismo que anima a esta creación, el Co-Axial Master Chronometer Calibre 9900, un movimiento automático y certificado por METAS (Swiss Federal Institute of Metrology).
La carátula de cerámica contrasta armónicamente con los materiales de la caja y del brazalete, pues ostenta una tonalidad azul y un patrón de ondas grabadas con láser. Esta esfera se compone de índices y agujas luminiscentes, así como de una apertura a las 6 horas y de un par de subesferas subsidiarias para mostrar todas las funciones de este Seamaster Diver 300M Chronograph.