Noventa años después del nacimiento del Reverso, y 150 años después de la primera creación con repetición de minutos, Jaeger-LeCoultre presenta el Reverso Tribute Minute Repeater. La pieza, que se presenta en una edición limitada de 10 piezas, reúne dos aspectos fundamentales que han definido a la firma durante gran parte de su historia: su expertise en materia de relojes con sonería y la historia atemporal del Reverso.
En la década de 1990, en pleno renacimiento de la relojería mecánica tras la crisis del cuarzo, el Reverso, con su distintiva caja rectangular inspirada en el Art Decó, se convirtió en el vehículo a través del cual la Manufactura volvería a desarrollar su experiencia en grandes complicaciones. Tras superar el desafío planteado por los movimientos rectangulares y su arquitectura totalmente diferente a la de los movimientos redondos, especialmente difícil en los mecanismos de sonería, en 1994, Jaeger-LeCoultre presentó el Reverso Répétition Minutes. Era la primera vez que la Maison miniaturizaba una repetición de minutos para un reloj de pulsera, convirtiéndose en el primer movimiento de repetición de minutos rectangular del mundo.
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En el nuevo Reverso Tribute minute Repeater, la firma incorpora avances técnicos como los martillos “trebuchet» patentados por la manufactura, un regulador silencioso y una nueva generación de timbres. Además, está impulsado por una versión revisada del calibre 944, un movimiento concebido, diseñado y fabricado íntegramente en la Manufactura.
Los dos rostros
La esfera del lado anverso está totalmente esqueletada, revelando la complejidad del mecanismo de repetición de minutos. Debajo de un gran puente en forma de arco, que va de las 11 h a las 7 h, los componentes parecen flotar en tres dimensiones y su profundidad visual se ve reforzada por los índices facetados que sobresalen de una minutería de ferrocarril. El acabado dorado brillante del puente, las agujas, los timbres y muchos otros componentes, combinan a la perfección con el color oro rosa de la caja.
Mientras que la exuberancia de la esfera del lado anverso contrasta con la geometría rectilínea de la caja del Reverso, la aparente sobriedad de la esfera del reverso evoca esas líneas y las realza. Las líneas Côtes de Genève verticales se extienden por toda la altura de la platina principal, que a su vez constituye la esfera. El mecanismo, con sutiles acentos de color proporcionados por sus tornillos azulados y sus agujas e índices dorados, está fabricado en metal con un frío tono plateado que contrasta elegantemente con el cálido oro rosa de la caja.
El control deslizante integrado en un lateral de la caja que se encarga de activar los timbres ha sido diseñado especialmente para que el modelo sea lo más fino posible, sin sacrificar su ergonomía.
